La sororidad se hizo una palabra popular en estos días, esto debido a que se busca que las mujeres nos apoyemos las unas a las otras, en lugar de destrozarnos con comentarios.
Hace dos años y medio, llegué a Tetela del Volcán, Morelos a vender mis productos, fueron muy bien recibidos, la mayoría de los compradores eran mujeres, algo casi obvio, y toda ellas muy abiertas a probar nuevos productos, a darle una oportunidad a los nuevos emprendedores. Un mes después, nuevamente fui a vender, todas las compradoras felices porque mis productos realmente hacían lo que yo les prometí y de inmediato se hicieron clientas y no sólo eso, de ellas mismas salió la iniciativa de promocionar mis productos con sus amistades, vecinas y familiares.
Desde ese momento, me han invitado cada mes a ir a vender, a participar en las ferias "de pueblo"; observándolas aprendí lo que realmente es la sororidad, ellas dicen y practican el "si una vende, las demás también vendemos", si no puedes asistir a un evento, ellas te ofrecen vender tus productos sin pedir comisiones. Lo que más me sorprendió fue ver que la mayoría de las artesanas vende licores y cuando un cliente se acerca al puesto de "la competencia" y la dueña de dicho puesto no está en su lugar, "la competencia" se ofrece a mostrar el producto, dar pruebas y cerrar la ventas, porque al final de cuentas "hay para todas".
No se necesita mas que ser congruente, palabras y acciones deben ir siempre unidas, siempre; una persona que actúa bien hoy y mañana ya no, no ha entendido el significado de la palabra, una mujer que se ofende por un mal momento de su compañera, no ha entendido bien el significado de la palabra. Hay que practicar el ser congruente, esa creo, es la clave.
Hace dos años y medio, llegué a Tetela del Volcán, Morelos a vender mis productos, fueron muy bien recibidos, la mayoría de los compradores eran mujeres, algo casi obvio, y toda ellas muy abiertas a probar nuevos productos, a darle una oportunidad a los nuevos emprendedores. Un mes después, nuevamente fui a vender, todas las compradoras felices porque mis productos realmente hacían lo que yo les prometí y de inmediato se hicieron clientas y no sólo eso, de ellas mismas salió la iniciativa de promocionar mis productos con sus amistades, vecinas y familiares.
Desde ese momento, me han invitado cada mes a ir a vender, a participar en las ferias "de pueblo"; observándolas aprendí lo que realmente es la sororidad, ellas dicen y practican el "si una vende, las demás también vendemos", si no puedes asistir a un evento, ellas te ofrecen vender tus productos sin pedir comisiones. Lo que más me sorprendió fue ver que la mayoría de las artesanas vende licores y cuando un cliente se acerca al puesto de "la competencia" y la dueña de dicho puesto no está en su lugar, "la competencia" se ofrece a mostrar el producto, dar pruebas y cerrar la ventas, porque al final de cuentas "hay para todas".
No se necesita mas que ser congruente, palabras y acciones deben ir siempre unidas, siempre; una persona que actúa bien hoy y mañana ya no, no ha entendido el significado de la palabra, una mujer que se ofende por un mal momento de su compañera, no ha entendido bien el significado de la palabra. Hay que practicar el ser congruente, esa creo, es la clave.
Comentarios
Publicar un comentario