Justo ayer, fui a pagar mi teléfono celular, hubo varios problemas porque me cambiaron mi número telefónico sin mi permiso, me enojé, grité y sin embargo, con todo mi enojo, sabía que tenía que pagar los montos del plan. Con el enojo, ese dinero se me hacía una cantidad exorbitante y una vez que se me pasó el enojo me puse a pensar en el poco valor que le damos a nuestras compras.
Adquirí un plan de telefonía celular por 4 años seguidos y en ese tiempo, jamás aproveché al máximo todos los servicios que este plan me ofrecía, esto es, estuve pagando de más; pero aquí la cuestión no es lo monetario, yo no quise aprovechar los beneficios del plan, yo estuve regalando mi dinero porque fui yo quien no quiso sacarle provecho al dinero dado. Los planes de financiamiento son una inversión, no alcancía de alguien más. Este tipo de compras son un embudo para dejar escapar el dinero, si es que no aprovechamos la compra, lo pongo más fácil; cuando compramos ropa y nunca la usamos, le estamos diciendo al universo que nos importa poco que siempre nos provea de dinero porque nosotros lo vamos a desperdiciar, y de esa forma estamos dando mensajes confusos a nuestro sistema.
Aprendí muy bien la lección, hay cosas que damos por hecho y no terminamos de agradecer toda la abundancia que nos llega.
Comentarios
Publicar un comentario